No hay nada que disfrute más que ser Feliz desarrollando los dones que Dios me dio, sé que no soy más que un instrumento suyo. Para mí, las horas se me hacen cortas y la jornada ligera cuando estoy en el quirófano. No hay mejor recompensa que la sonrisa y el agradecimiento de mis pacientes o su familia por la resolución de su enfermedad.